Como muchos otros hombres que usan lencería, paso totalmente desapercibido ante los que me “conocen virtualmente” y viceversa. En mis redes sociales constantemente publico mi pasión y fascinación por la ropa íntima femenina y en la realidad soy solo un hombre entre la sociedad. Mantengo esta postura porque así me gusta ser. Hay otros que les gusta usar ropa de mujer y salir a la calle así. Ninguno es mejor que otro, simplemente son diferentes gustos. En conclusión, mi vestimenta exterior es masculina pero la interior es femenina.
Iniciando mi día
El mundo de la lencería y ropa interior de mujer es realmente
enorme si lo comparamos contra lo que se ofrece a los hombres. Esto me obliga a
pensar con varias horas de anticipación que usaré para el resto del día.
Primero elijo la prenda, panty, tanga, bóxer, cachetero, tanga
de hilo. Después el color, ya sea sólido o con estampado y tipo de tela, lisa, con
o sin encaje, bordes gruesos o delgados. Es muy importante para mí definir esto
antes de abrir mis cajones ya que la indecisión me quita muchísimo tiempo. Mi récord
hasta ahora es de 2 horas probándome lencería sin saber cual usar. Pero cuando
ya tengo algo en mente es más fácil para mi elegir. Claro, todo va en función
de mis actividades del día. Un plus es combinarla con mi ropa exterior.
A veces la modelo un poco en el espejo y si me convence me
quedo con esa prenda. Otras veces me tomo foto y las comparto con ustedes en mi
Twitter. En Facebook o Instagram que son más recatados, simplemente le tomo una
foto a la prenda. Es como una especie de catálogo diario.
Como no uso ropa exterior de mujer, lo demás es muy sencillo
de elegir, en 20 minutos queda.
Durante el día.
Debido a que para mi sería muy desagradable que me descubrieran
este gusto personas cercanas a mí, siempre trato de tener mucho cuidado en mis
movimientos. También, siempre estoy fajado, incluso si solo uso playera. Tengo
que ir varias veces al baño para acomodarme mi tanga o panty, (aunque depende
mucho de cual use en ese momento) y sobre todo verificar que no se asomen por encima
de mi pantalón.
Fuera de estos detalles, me siento empoderado, libre, sexy,
confiado y feliz de usar lo que realmente me gusta. Noten, que en ningún
momento mencioné sentirme mujer, dado que eso es un gusto y una manera muy diferente
de ser, totalmente válida también, pero en mi caso no es así. Recuerden que los
gustos son variados y depende de cada persona. Y ninguno es mejor que otro,
solo somos diferentes.
Se que en algunos casos se me ve la panty o el pantalón que
uso está muy entallado y cuando uso tanga se nota en ciertas ocasiones. Dependiendo
de la situación, me agrada o ser convierte en un dilema, sobre todo cuando estoy
con la familia. Me he llegado a sentir muy incómodo en estas situaciones, trato
de no pararme o usar una chamarra ligera.
Fin del día.
Ya para la hora de dormir, no me quito la ropa íntima, me
duermo con ella. Como es un momento íntimo, realmente no me preocupa nada. A
menos que sea muy incómoda para dormir, me la cambio por un bóxer o panty normal.
Y así termina mi día.
Como verás, no es nada fuera de lo común. Llevo mi vida de
manera normal, tanto personal como íntima. Y si, me gusta que sea de esta
manera. Parece sencillo, y de cierta manera lo es, pero no siempre fue así, ya
que de niño y adolescente tenía que estar siempre escondiéndome. Pero eso será
en otro artículo. Te dejo otra experiencia muy común: Entrando por primera vez a las boutiques de lencería
Escribe en los comentarios como es tu día.
Utilizo braguitas que si asoman por el pantalón se confunden con calzoncillos, y en colores básicos (no rosados). Esto facilita mi elección diaria.
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