En una sociedad donde los hombres que usan ropa de mujer son totalmente rechazados, es totalmente raro tener una pareja con esta condición. Principalmente, el problema es la aceptación o tolerancia por parte de la mujer. Cada hombre travesti ha sufrido o sufre del rechazo, miedo, angustia, duda desde su adolescencia o infancia y es más fácil ocultarlo a su pareja al inicio de la relación, sin embargo, algún día caerán en la tentación de usar la ropa femenina y posteriormente se convertirá en una necesidad.