lunes, 9 de septiembre de 2013
El "look" clásico de los años setenta
Quienes nos iniciamos en esto desde la adolescencia, allá por los años sesentas, de manera que para los años setentas ya andábamos algo encarrerados en estas actividades, recordamos con especial sentimentalismo aquellos preciosos estilos de lencería que solían aparecer tanto en los catálogos de los fabricantes como en los aparadores de las tiendas. Los añoramos con triste dulzura y nos lamentamos que la industria de la confección íntima, en busca de modernizar los modelos, explorar nuevas opciones y abatir costos, ya no ofrezca las maravillas como las que figuran en las imágenes adjuntas.
martes, 3 de septiembre de 2013
La Panty-Faja modelo 3071 de Tania Internacional
domingo, 11 de agosto de 2013
Un área de oportunidad para las marcas de lencería femenina.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Panty Line
martes, 6 de agosto de 2013
Más allá de la prenda
domingo, 4 de agosto de 2013
La abstinencia no es la solución
Un hombre que usa
lencería o ropa interior de mujer en algún momento tendrá culpa, remordimiento
y demás emociones negativas. Se convierte en un círculo vicioso muy dañino si
no lo sabemos manejar. Comienza con la fijación y el fuerte deseo de usar una
pantys, medias, tacones, vestidos o cualquier otra que queramos en ese momento.
Cuando la tenemos puesta, nos sentimos de maravilla, con esto me refiero a los
diferentes estados que cada uno tenga, como felicidad, excitación sexual, sentirse
mujer, masturbación etc.
Una vez pasada la
"magia", ahora viene la sensación de repulsión, culpa, juramentos,
por lo sucedido. Algunos, tiran las prendas a la basura o en su caso devolverlas
seguido de una promesa que nunca se cumplirá: “ya no lo volveré a hacer”. Otro
motivo puede ser que su pareja o familia le imponga dejar de usar las prendas
femeninas, como la esposa que lo tolera en algunas ocasiones.
Posteriormente viene un periodo de abstinencia en dónde al principio no hay ningún
problema, pero, tiempo después, el deseo de volver a usar nuestro fetiche
regresa y si no lo “atendemos” aumenta y seguirá aumentando, a tal grado de no
poder soportarlo. Es prácticamente imposible eliminar los factores que causen
este efecto ya que están presentes en todos lados, como un anuncio, un tendedero,
ver mujeres usando nuestra prenda entre otros. A mí, me sucede muy a menudo
cuando estoy con mi familia y pasamos por la sección de lencería en el
supermercado o en un centro comercial y están las boutiques de mis marcas
favoritas, pero no puedo entrar por ir acompañado.
El círculo se cierra
cuando volvemos a usar las prendas femeninas y hacemos con ellas lo que nos
gusta.
Parte de la culpa consiste en “castigarse”. Algunos hombres se han puesto como
meta dejar de usar lencería, sin embargo, como lo comentamos en el párrafo anterior,
lamento decirte que no lo lograrán. Si piensas que dejándolo de hacer
te vas a "curar", estas completamente equivocado porque, para empezar,
ni siquiera es una enfermedad.
Muchas mujeres aseguran que no es normal, es de homosexuales estas prácticas,
se relaciona con depravación y muchos otros pensamientos distorsionados por la
sociedad e incluso ellas mismas.
Recordemos que la practica travestista no está limitada a personas homosexuales
e incluso a hombres. Si un hombre que usa ropa interior de mujer pertenece a un
grupo "pequeño", las mujeres travestis es un grupo aún más pequeño y
eso no quiere decir que no exista.
Pocos hombres han dejado sus fetiches de lado por sí mismos. No es que exista
una cura mágica o terapia especial para hacerlo, simplemente ya cambió o evolucionó
de distinta manera. Por ejemplo, se haya vuelto algo tan normal y común que ya
se perdió el encanto como era al inicio, o se hizo de una idea con altas
expectativas. A mi me sucedió, cuando
estaba iniciando a usar pantys, también quería usar bra, y cuando al fin pude
probarme uno, se me hizo totalmente incómodo, difícil de poner y obvio no me
lucía como yo quería. Aunque si volví a usar cuantas veces un bra e incluso me
compré 2, llegó un momento en que ya no me llamó la atención y solo me quedé
con las pantys.
Para otros hombres permanece el gusto y permanecerá. Otros tantos incrementarán
su deseo hasta llegar a vivir y convertirse en mujer.
No sólo es usar ropa de mujer, como les comentaba en otro artículo, esto se convierte
en un estilo de vida y depende de cada uno definir que le gusta, como le gusta
y sobre todo hasta donde quiere llegar con ello.
Todos en algún
momento pasamos o pasaremos por este periodo o fase de experimentación, donde
hay demasiada incertidumbre y miedo, pero no por saber que viene, sino por como
reaccionarán nuestros seres queridos.