Google+

lunes, 10 de noviembre de 2014

Atrévete a comprar tu lencería

hombre comprando lenceria
Para muchos hombres quienes adoran usar lencería, pueden pasar por muchos obstáculos al entrar a una tienda de ropa interior femenina. La mayoría de ellos son puestos por ellos mismos, los cuales nacen de prejuicios y sobre todo el miedo. Para otros, resulta toda una aventura, casi extrema equivalente a ir a una tienda de artículos sexuales. Realmente estas situaciones o sentimientos no debería llegar a tanto, después de todo sólo es una tienda de ropa, para mujer, pero al fin de cuentas otro establecimiento más.
De hecho lo mejor sería guardar todo eso para el momento cuando se prueba la prenda por primera vez.
Recordemos la clásica situación cuando por primera vez un hombre compra ropa interior de mujer, entrando muy nervioso y comportándose peor. Para muchos esto les recordará este episodio. El 99% de los casos este hombre elegirá la primera prenda que encuentre, una talla que no le quedará  y un modelo no acorde a sus gustos. El principal miedo es el hecho que la vendedora o los clientes piensen o se den cuenta que es para su propio uso. Con ese tipo de actitud lo más probable es que así sea. Viéndolo del otro lado, la vendedora en cuestión no sospecha e incluso no le interesa para quién es, simplemente se limitará a ofrecerte el producto y te sugerirá otras prendas. Puedes preguntar tallas, colores, modelos, tipo de tela y contestará todas tus dudas, nada más, nada menos.
Lo más importante es disfrutar ese momento cuando uno entra a la tienda, empieza a ver modelos, maniquís, posters, anaqueles repletos de lencería etc. Llegar al mostrador, pedir tranquilamente el catálogo o simplemente recorrer cada pasillo que exista en ese local detenidamente. Encontrar ese modelo el cual habías querido o uno mucho mejor, sentir la textura de la prenda, imaginarla puesta y seguir buscando por más. Así sucesivamente hasta salir de la tienda como cualquier otro cliente más. Habrá ocasiones donde nadie te asistirá  hasta el momento donde pagas, otras donde la venta es forzosamente con una vendedora. Todo esto debe ser de la manera más divertida posible. Y cuando así sea es porque ya estás comprendiendo a las mujeres y su pasión por las compras.

10 comentarios:

  1. Justo eso me paso hace no mucho que quise iniciar nuevamente mi colección de prendas. Entré a una tienda y por los nervios elegí dos prendas rápido (una tanga y un bóxer) y al momento de llegar la casa y probarmela uno no me quedo. Pero de todo se aprende y aplicare los consejos siempre tan útiles que publican

    ResponderEliminar
  2. Siendo todavía joven, como travesti primerizo, solía tomar "prestadas" prendas femeninas de mi madre, primas, etc, así como de tendederos en casas vecinas. Pero gradualmente fue surgiendo en mí el antojo para comprarme mis propias cositas bonitas, a mi gusto, sin exponerme ni estar atenido al gusto de la donante involuntaria.

    Así que un día, ya a los 22 años, me atreví a acercarme a una tienda del rumbo donde vendían este tipo de chuladas. Estaba dentro de un mercado vecinal y ofrecía prendas íntimas económicas de las que usan las empleadas domésticas; sencillas, baratas pero bonitas y femeninas.

    Con lo nervioso que estaba, no reunía la valentía para entrar y ahí estaba yo, junto al aparador viendo y viendo. En eso, la dueña notó algo extraño y salió para preguntarme en un tono algo abrupto si se me ofrecía algo. Así que me animé y entré.

    Inventando torpemente la historia de que "las cosas eran para una broma en una despedida de soltero", compré unas pantaletas completas sencillas de nylon en color naranja, un liguero de cuatro tirantes, con panel frontal de encaje en color blanco y un par de medias. La señora solamente se rio conmigo de la supuesta broma aunque seguramente ella intuía que las cosas eran para mi uso personal. Pero fue discreta y amable.

    Salí corriendo de regreso a mi auto, sujetando el paquete fuertemente como si fuera un valioso tesoro. Ya de regreso en casa me probé este conjunto y lo usé varias veces hasta que teminé por tirarlo, tal como sucede con los travestis primerizos a quienes les asaltan los sentimientos de vergüenza.

    Con el paso del tiempo, fui repitiendo la experiencia de ir a comprar mis cosas, cada vez con menos nerviosismo hasta que fui adquiriendo experiencia y tomándole un profundo aprecio a esto del travestismo.

    Hoy en día, dado que uso diariamente un precioso - y muy femenino - conjunto completo de pantaletas y liguero con medias debajo de mis pantalones (sencillamente no salgo de casa sin eso puesto), acostumbro hacer mis compras con regularidad.

    Así me encontré que los outlets de las grandes fábricas son los mejores sitios. Suelo visitar las de Vicky Form, Ilusión y Tania para adquirir mis pantaletas, así como la "Estrella de Mixcalco" en la Av. Gustavo Baz para mis medias de Cannon Mills.

    Debido a que en México casi no hay una oferta de ligueros, compro por Internet hermosísimas piezas (muy profesionales, de excelente calidad) de seis tirantes con broches metálicos ya sea en Stockings HQ, Kiss Me Deadly o Joanna´s Wardrobe en el Reino Unido o en Secrets in Lace en los Estados Unidos.

    Para mí el comprar ropa íntima femenina se ha convertido en una actividad muy placentera que disfruto profundamente. Estoy registrado como cliente preferente - con número de cuenta - y, además del envío de correos promocionales o invitaciones personalizadas, cuando visito estas tiendas me saludan y me tratan súper bien. Además de elegir con calma lo que habré de comprar, hojeo los catálogos, pregunto las características de las diferentes opciones y, en suma, me la paso súper a gusto.

    Dadas las percepciones equivocadas que nosotros los travestis tenemos con respecto a las posible reacciones de la gente, nos perdemos de una de las grandes bondades propias de este precioso pasatiempo consistente en adquirir, coleccionar, usar y disfrutar de la ropa íntima femenina.

    Pero les aseguro que eso es una mera idea equivocada en nuestras mentes. En realidad, las personas quienes atienden en estos comercios son profesionales y dedicadas a su trabajo. Lo único que quieren es vender y cumplir con las expectativas del cliente, no poniéndose a analizar si quien compra es hombre o mujer pues, seguramente, ya han tenido la oportunidad de ver a muchos hombres comprando ropa interior de mujer y saben perfectamente cuanto nos agrada hacerlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojalá algún día pueda tener esa confianza que tienes :). Ya di el primer paso y en cuanto tenga más dinero prometo hacer crecer mi guardarropa interor femenino, porq quiero llegar al punto en ya no usar más que lencería :)

      Eliminar
    2. Me alegra mucho que te animes. Inténtalo y verás que será motivo de grandes satisfacciones.

      Agradécele a la vida por haberte conferido ese regalo tan precioso y vívelo a plenitud.

      Eliminar
    3. Es solo animarse, a lo primero cuesta pero después es hasta natural, yo empecé con una tanga y hoy en día tengo 3 cullots, 6 colaless y ahora quiero comprar unas vedetinas para tener un lindo cajón.

      Eliminar
    4. Hola a todas me gustaría textear con ustedes creo q eso me gustaría platicarlo

      Eliminar
    5. A mi también me gustaría textear espero que no sea tarde para este mensaje si lo ves puedes escribirme a koneko-nya@hotmail.com

      Eliminar
  3. Es difícil al comienzo pero luego es algo natural yo pienso que los que atienden en las tiendas de pantis lo que les interesa es vender no quien se los va a poner

    ResponderEliminar
  4. Me gusta ir a la tienda, tocar y escoger las panties, recuerdo una chica mirandome esperando a que la cajera nos cobrase y la chica me mira con cara rara. Yo con tres panties en la mano. Recomiendo ir a tiendas donde sea dificil ser reconocido por conocidos.

    ResponderEliminar