Lencería Tania: feminidad para mujeres y hombres

La marca de lencería Tania ha abierto su interés por medio de Interior Femenino a todos los hombres que usan ropa interior de mujer. En representación de la empresa, Lety y Rocío, me citaron en su corporativo para la demostración de los productos que ofrecen y expresar su interés por todos los hombres usuarios de prendas femeninas interior o exterior. Cuando un hombre es travesti por lo general suele gastar igual o más que una mujer.

Como lo he estado publicando en distintos artículos, hay constantes que debemos tener en cuenta a la hora de elegir una panty, bikini, tanga o bra. Estuvimos platicando cada uno de estos detalles que nos motivan a comprar nuestra ropa íntima femenina, los distintos perfiles de un hombre travesti y todo lo que Tania tiene para nosotros.

Entre 2 mundos

Existe una condición que tienen todos los hombres travestis, que es la de vivir entre el mundo masculino y el mundo femenino. Al inicio se ve lo femenino cmo una curiosidad y un deseo, una vez que se da el siguiente paso, se va desarrollando al grado que sea igual que el de una mujer biológica.
Pero no solamente incrementa el poder de vestirse como una mujer real, nace en el travesti un grado de comprensión hacia las mujeres muchas veces mayor que un hombre que no se viste con ropa de mujer.

No hay edad para hombres que usan ropa interior de mujer

La evolución de la ropa interior femenina en las últimas 5 décadas ha sido muy interesante. Y, aunque la lencería tiene más tiempo de existir, se nota como relativamente en poco tiempo ha dado un giro de 360 grados. A pesar que estas prendas cambias lo que sigue constante son todos los hombres que usan ropa la ropa interior de mujer y lencería.  De hecho muchos de los lectores de Interior Femenino  estoy seguro que tienen más de 50 años.
Nuestra amig@ Vicky Belle me hizo el comentario en el cual sólo encuentra ropa íntima femenina actual, dejando de lado un poco la que se usó y se sigue usando el siglo pasado. Estas son sus recomendaciones que a varios les encantará e incluso podrán recordar algunas cosas:

Tu lencería vista desde todos los ángulos

Navegando por la web, encontré este sitio totalmente original. Una tienda de lencería nos ofrece el saber como se ve esa prenda literalmente por todos lados. Consta de 5 chicas, las cuales tienen la misma prenda (la que elegiste), y con un solo click puedes hacer que se den vuelta,  se acerque o se aleje.

Un esposo travesti es una amiga

Después de la primera impresión que pasa una mujer cuando se entera que su esposo o novio usa ropa interior de mujer o se traviste totalmente, en su mente surgen muchas dudas, la principal es su posible homosexualidad. Digamos que este es el primer paso por el que TODOS pasas sin excepción, la mayoría de las mujeres lo toman a mal.
Pasado el tiempo, con un poco de tolerancia entre ambas partes, ella se empezará a dar cuenta de la verdadera escencia del travestismo: lucir como el sexo opuesto y nada más.

De niño...

Muchos se identificarán con este artículo:

Durante la infancia, se puede experimentar cierta fijación o atracción hacia lo femenino, generalmente faldas, pantaletas, bikinis, bras etc. Simplemente se ven muy bonitos. Estos primeros acercamientos con las prendas femeninas pertenecen a la madre, hermana(s), tia(s) incluso vecinas.

Sentirse mujer, ¿convertirse en mujer?

A pesar que este sitio está hecho para todos aquellos hombres que usan ropa interior femenina, lencería, o se visten completamente de mujer, no implica cambiarnos al sexo femenino. Muchos se confunden con tantos términos  en este ambiente, como el travestismo, transexualismo, transgenero. Como les había escrito en otros artículos sólo por usar ropa del otro sexo por definición se convierte en travesti. Aquí es donde comienza todo, unos hombres usando ropa interior de mujer, otros zapatos, otros más faldas, vestidos etc.
El siguiente paso, son aquellos hombres que deciden vivir como mujer, se sienten felices  con su lado femenino y no lo quieren dejar,  suelen modificar su cuerpo para lucir más femeninos. Por último, están los hombres que ya viven como