5 consejos para convertir a tu vendedora de lencería en asesora y confidente

Como les he comentado en varias ocasiones mis incursiones a las boutiques de lencería, muchos se han de preguntar si es realmente cierto todo lo que les cuento debido a que algunas situaciones parecen un poco fantasiosas. Y es que, llevo muchos años comprando lencería. He pasado por varias experiencias de las que algunas no recuerdo hasta tiempo después. Pero si, lo que les he contado en redes sociales es parte de toda una serie de eventos que me han sucedido.

No todo fué así desde el inicio. De hecho, son apenas entre 4 y 5 años que me he sincerado completamente con algunas chicas vendedoras. Anteriormente tenía una postura más reservada y prefería no decir que eran para mi.

Hasta que me di cuenta si ella sabe lo que buscas, será más fácil atenderte, aunque no todas se presten para ayudarte. Es por eso por lo que te dejo 5 tips para hacerte de una boutique, tu favorita y que la vendedora se convierta en una asesora y confidente.

 

Todo inicia con la confianza.

Derivado de la situación que vivimos en México respecto a la violencia a las mujeres, es normal que ellas se encuentren siempre a la defensiva o distantes. Siempre y cuando tus intenciones sean las de comprar le puedes generar confianza al demostrarle que estás exclusivamente interesado en las prendas y que ella te ayude a elegirlas. En mi caso, les hago preguntas como: ¿te gusta esta marca? ¿Qué opinas de este corte? ¿La tela se te hace cómoda? Dependiendo de sus respuestas y la actitud que tome ella puedes darte una idea si está dispuesta a ayudarte de forma más personal o solo se limita a venderte.

 

Despierta su curiosidad

Todas las vendedoras te van a preguntar como es “ella”, que talla buscas o que tipo de prenda tienes en mente. Una vez que le demostraste confianza, te hará preguntas más específicas para saber que proponerte. Preguntas como ¿le gusta usar tanga o bikini? ¿prefiere algo sexy o casual? ¿encaje o tela lisa? Nos pueden dar un indicativo más que nuestra vendedora si tiene la actitud para atendernos. Caso contrario, tienes lo más probable que vaya a pasar es que elijas las prendas que te gusten, las pagues y te marches de ahí.

 

¿Le digo para quien son?

Ya le demostraste confianza, ella respondió e incluso le dio curiosidad. ¿Por qué no le dices que son para ti? Ahora va de tu lado la decisión de decirle lo que realmente buscas. Tu también debes sentirte cómodo en hacerlo. ¿Va a reaccionar mal? Hasta este punto lo dudo, ya que ella te ve como un cliente. Recuerda decírselo de la manera más normal y tranquila posible, que ella sea la sorprendida y no tu. Considera que ver a un hombre comprar lencería ya no es visto de manera extraña.

 

Extiende la plática

Cuando pasa este punto, siempre procuro sacarles más información. Les pregunto que prendas se han comprado de esta marca, o que marcas son sus favoritas, si prefiere usar tanga o panty. Y esto es para crear un ambiente más relajado y ella se sienta cómoda al decirlo. Procuro no sexualizar el tema y tampoco hacerle preguntas morbosas porque al fin de cuentas, estamos buscando una asesora y confidente, nada más. Les recomiendo ampliamente no llegar al punto que ellas se sientan acosadas.

 

Visitas más constantes.

Visita con frecuencia la boutique. Aparte de la chica que te atendió, seguramente habrá otras que también puedas conocer, te conozcan y se hagan pláticas entre todos. Vas creando un vínculo más estrecho entre cliente-vendedor en el cual te hará sentir tranquilidad de estar ahí y poder comprar con mucho gusto y satisfacción.

 

Recuerda que estás comprando, no buscando pareja o pretendiente. Si lo haces con un propósito diferente al de adquirir las prendas, es casi un hecho que te llevarás una muy mala experiencia y harás que las chicas se sientan incómodas con tu presencia. Evita comportamientos no apropiados o sexuales. Ellas solo buscan hacer bien su trabajo.